Grecia. Revista de Literatura. Año II, nº 18, 10 de junio de 1919, Sevilla, c/ Amparo, 20.
Director: Isaac del Vando Villar Redactor-Jefe: Adriano del Valle.
Manos blancas ...
Al poeta Gabriel D'Annunzio, que ha sabido llevar a
Italia a la Victoria
Las manos de armiño de los poetas van a ser cercenadas por los bolchevistas.
Los hombres rojos de caras siniestras se han enamorado demasiado efusivamente de nuestras blancas e inocentes manos ...
¿Es que ha llegado la hora de cortar rosas?
¡Oh, yo no puedo creer en semejante monstruosidad!
¡Porque esos hombres de caras tristes son hermanos gemelos de los poetas!
¡Porque esos hombres detendrán en el aire la cuchilla fratricida, convencidos de que nuestras manos no han firmado nunca una sentencia de muerte!
¡Porque las manos delicadas de los poetas derramarán algún día sobre ellos el pomo de los balsámicos ungüentos!
Pensad, oh bolchevistas, que el himno de vuestro triunfo definitivo lo escribirá con sangre en páginas de oro la mano de nácar de un poeta exaltado.
Porque, en verdad, nuestro único defecto consiste en ser extremadamente abnegados y románticos.
Los poetas somos como los descubridores de los más caros brillantes; arrancamos la belleza para ofrecérosla con nuestro corazón en la bandeja sonrosada de nuestras manos cándidas.
Somos semejantes a esas pobres cortesanas propicias siempre a alegraros la vida, con el desprendimiento de nuestras más dulces caricias y nuestras más sonoras palabras.
En Italia, un poeta, con su talento y con su gran valor, ha inmortalizado gloriosamente el nombre divino de su pueblo.
Respetad nuestra locura, porque alguien ha dicho que somos unos pequeños dioses, y besad amorosamente, como se besan las flores, las manos de armiño de los poetas tristes.
ISAAC DEL VANDO-VILLAR
Copia literal extraída de la citada Revista y número indicado, pág. 10.
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