Grecia. Revista de literatura comienza a publicarse quincenalmente en Sevilla a partir del 12 de octubre de 1918, bajo la dirección de Isaac del Vando Villar, a quien acompaña desde el número 14, cuando la revista se convierte en decenal, un cuerpo de redacción integrado por Rafael Cansinos-Asséns, Adriano del Valle, Miguel Romero Martínez, Pedro Raida, Rogelio Buendía y Luis Claudio Mariani. Desde el verano de 1920 esta revista se traslada a Madrid, donde continúa publicándose por pocos meses.
Según Gloria Videla, autora de El ultraísmo. Estudios sobre movimientos poéticos de vanguardia en España (Madrid, Editorial Gredos, 1963), Grecia "es la primera revista que acoge en sus páginas los intentos vanguardistas de renovación poética. No nació ultraísta, pero se convirtió al movimiento tras una etapa de vacilaciones. Pasear la mirada por sus cincuenta números es recorrer gran parte del camino ultraísta.".
Borges publicó en sus páginas algunos poemas tempranos no reunidos en libro ("Himno del mar", "Rusia", "Trinchera", etc.) y traducciones y ensayos, entre otros, “Al margen de la moderna estética”, ensayo dedicado a Isaac del Vando Villar (Revista Grecia Nº 39, Sevilla, 31 de enero de 1920, pp. 15-17), "Lírica inglesa actual", "Lírica austríaca de hoy", "Novísima lírica francesa", etc.).
En marzo de 1919 apareció en la revista Grecia y en la prensa madrileña un manifiesto de jóvenes liderados por Cansinos-Asséns (inventor de la palabra ultraísmo) y asistentes al Café Colonial, donde postulaban la necesidad de una renovación literaria. Entre otros, pertenecieron al movimiento, Isaac del Vando Villar, Guillermo de Torre, Pedro Garfias, Adriano del Valle, José Rivas Panedas, Xavier Bóveda, Gerardo Diego y el mismo Jorge Luis Borges. La idea, que no se logró, era la de modificarse continuamente, como reacción a los seguidores del modernismo.
Esto dio lugar al movimiento ultraista, que supuso una apertura hacia nuevas tendencias, aunque no concretó sus objetivos.
Caligrama de Hélices (1923)
Liberó la poesía de la lógica y de las ataduras formales, a través del caligrama, poema cuyos versos se disponen dibujando imágenes.
Incluyó nombres como Jorge Luis Borges y atrajo a la gran mayoría de los poetas de esta época, aunque éstos rara vez ofrecieron una obra consistente, dentro de la vanguardia.
Huidobro por Picasso y Juan Gris
Su órgano de expresión fue, entre otras, la revista Ultra, de principios de los años 20.
El ultraísmo español se nutrió de diversas fuentes y disciplinas como la pintura (futurismo, cubismo, dadaísmo, expresionismo) y estaba abierto a todas las novedades. Se caracterizaba básicamente por el humor, el uso de metáforas, la supresión de adjetivos inútiles y el uso del lenguaje sintético.
Su obra se encuentra fundamentalmente en las revistas Grecia, Cervantes, Ultra, Cosmópolis, Tableros y Alfar.
Cuando Borges regresó a Argentina en 1921, trajo con él los rasgos más significativos de la renovación ultraísta y los presentó como programa estético. Ese año apareció en la revista Nosotros su artículo Ultraísmo (donde sintetizaba los principios del movimiento) y, un año más tarde, publicó allí una antología con poemas ultraístas. Sin embargo, en 1966, Borges juzgaría el 'dogma de la metáfora' como falso, pues "basta un solo verso no metafórico para probar que la metáfora no es un elemento esencial, concluyendo en que el error del ultraísmo (...) fue el de no haber enriquecido, el de haber prohibido simplemente. Por ejemplo casi todos escribíamos sin signos de puntuación. Hubiera sido mucho más interesante inventar nuevos signos, es decir enriquecer la literatura (...) el ultraísmo fue una revolución que consistía en relegar la literatura a una sola figura, la metáfora...".
Según Gloria Videla, autora de El ultraísmo. Estudios sobre movimientos poéticos de vanguardia en España (Madrid, Editorial Gredos, 1963), Grecia "es la primera revista que acoge en sus páginas los intentos vanguardistas de renovación poética. No nació ultraísta, pero se convirtió al movimiento tras una etapa de vacilaciones. Pasear la mirada por sus cincuenta números es recorrer gran parte del camino ultraísta.".
Borges publicó en sus páginas algunos poemas tempranos no reunidos en libro ("Himno del mar", "Rusia", "Trinchera", etc.) y traducciones y ensayos, entre otros, “Al margen de la moderna estética”, ensayo dedicado a Isaac del Vando Villar (Revista Grecia Nº 39, Sevilla, 31 de enero de 1920, pp. 15-17), "Lírica inglesa actual", "Lírica austríaca de hoy", "Novísima lírica francesa", etc.).
En marzo de 1919 apareció en la revista Grecia y en la prensa madrileña un manifiesto de jóvenes liderados por Cansinos-Asséns (inventor de la palabra ultraísmo) y asistentes al Café Colonial, donde postulaban la necesidad de una renovación literaria. Entre otros, pertenecieron al movimiento, Isaac del Vando Villar, Guillermo de Torre, Pedro Garfias, Adriano del Valle, José Rivas Panedas, Xavier Bóveda, Gerardo Diego y el mismo Jorge Luis Borges. La idea, que no se logró, era la de modificarse continuamente, como reacción a los seguidores del modernismo.
Esto dio lugar al movimiento ultraista, que supuso una apertura hacia nuevas tendencias, aunque no concretó sus objetivos.
Caligrama de Hélices (1923)
Liberó la poesía de la lógica y de las ataduras formales, a través del caligrama, poema cuyos versos se disponen dibujando imágenes.
Incluyó nombres como Jorge Luis Borges y atrajo a la gran mayoría de los poetas de esta época, aunque éstos rara vez ofrecieron una obra consistente, dentro de la vanguardia.
Huidobro por Picasso y Juan Gris
Su órgano de expresión fue, entre otras, la revista Ultra, de principios de los años 20.
El ultraísmo español se nutrió de diversas fuentes y disciplinas como la pintura (futurismo, cubismo, dadaísmo, expresionismo) y estaba abierto a todas las novedades. Se caracterizaba básicamente por el humor, el uso de metáforas, la supresión de adjetivos inútiles y el uso del lenguaje sintético.
Su obra se encuentra fundamentalmente en las revistas Grecia, Cervantes, Ultra, Cosmópolis, Tableros y Alfar.
Cuando Borges regresó a Argentina en 1921, trajo con él los rasgos más significativos de la renovación ultraísta y los presentó como programa estético. Ese año apareció en la revista Nosotros su artículo Ultraísmo (donde sintetizaba los principios del movimiento) y, un año más tarde, publicó allí una antología con poemas ultraístas. Sin embargo, en 1966, Borges juzgaría el 'dogma de la metáfora' como falso, pues "basta un solo verso no metafórico para probar que la metáfora no es un elemento esencial, concluyendo en que el error del ultraísmo (...) fue el de no haber enriquecido, el de haber prohibido simplemente. Por ejemplo casi todos escribíamos sin signos de puntuación. Hubiera sido mucho más interesante inventar nuevos signos, es decir enriquecer la literatura (...) el ultraísmo fue una revolución que consistía en relegar la literatura a una sola figura, la metáfora...".
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