Por una de las casualidades, destino o providencia, el pasado fin de semana tuve la enorme y emocionada satisfacción de contactar con "Clementito".
Con la honda mirada imbuida en su mundo de ensueños, con la ternura reposada que sólo la ancianidad es capaz de imprimir, con la vivacidad mental que atesora, este noble personaje accedió gustosamente a confiarme "sus memorias manuscritas".
No es el valor literario, ni documental, ni siquiera histórico, el que poseen 23 hojas manuscritas arrancadas de un cuaderno, debidamente paginadas por anverso y reverso del 1 al 46 y que por pastas y custodia de las mismas le sirve un trozo de vulgar cartón, sino el valor de la vivencia, de la capacidad reflexiva de un hombre que apenas asistió a la escuela pero que siente el deseo o la necesidad de expresar en el papel algunos recuerdos y emociones que su vida le ha proporcionado. Hondo y profundo respeto siento ante estas páginas de esmerada caligrafía donde se aprecia el afecto que su autor ha puesto al crearlas.
Voy a transcribir tal cual estas páginas, con la sola rectificación ortográfica necesaria, procurando respetar al máximo la literalidad de las mismas, para que sirvan de emocionado homenaje y reconocimiento a un caballero que con la bondad que emana de su persona y su "obra" decidió comenzar a escribir un 15 de febrero de 1997. No olvidemos que cuando uno escribe es para que otros lean.
Agradezco públicamente a don Clemente Franco Gelo la deferencia que ha tenido hacia mi persona al entregarme para su conocimiento su emotiva y sentimentalmente valiosa "autobiografía".
Romualdo de Gelo
La infancia:
"15 de febrero de 1997. Albaida del Aljarafe, provincia de Sevilla. Me llamo Clemente Franco Gelo, hijo de Clemente Franco Ibáñez y de Mariquita Gelo Fuente, hermana de Roca. Nací el 24 de mayo de 1923. Tengo 73 años, 8 meses y 9 días.
Fui al colegio de Albaida que estaba en la calle Velarde nº 13, el maestro se llamaba don Antonio Reyes Lara y la mujer se llamaba Mercedes. Eran de Salteras, provincia de Sevilla. Como entonces no había coche, el maestro venía en bicicleta o andando. Yo empecé a ir al colegio tenía 5 cinco o seis años. Cuando tenía diez años le hacía falta a mi padre porque tenía una piara de cabras y me sacaron del colegio para que le ayudara.
En el año 1937 se fue mi padre con las cabras a Gerena y yo me fui con él. Las cabras las encerraba en un corral que tenía Manuel el de Carmen, que también tenía cabras. El cabrero que tenía Manuel se llamaba Juanillo, que se casó con una de Guillena. Para nosotros dormir nos íbamos a la casa de Basilio, que era hermano de Manuel el de Carmen, que tenía un pajar y allí nos acostábamos nosotros. Por la mañana mi padre se iba a ordeñar las cabras y a mí me dejaba acostado, cuando me levantaba, por la parte de abajo había una taberna, el tabernero se llamaba Frascuelo, a mí me ponía un café que costaba 10 céntimos.
Cuando me lo bebía me iba donde estaban las cabras y mi padre me aparejaba un burro negro que teníamos y me iba para Albaida. Mi madre me daba la comida y otra vez para Gerena. Cogía el camino de la Fuente Archena que llega a la carretera de Olivares a Gerena. Antes de llegar a la Torre de San Antonio pasaba por un cortijo que se llama Conti. Todos los días recorría 26 kilómetros montao en el burro.
Algunos días me iba con las cabras al campo. Cogíamos la verea para el cortijo de la Pisana. También venía un chiquillo con nosotros que tenía unas cabras. Cuando llegamos al puente de hierro del tren, mi padre se iba por la vía con las cabras para Carcauso y la Alegría, y yo me quedaba en el puente con el chiquillo jugando hasta que venía mi padre con las cabras. El chiquillo se llamaba Manuel el de la Julia.
Cuando llegó el verano nos fuimos para Albaida para los pastos a la Cabeza Archena. En la Venta había unos eucaliptos que eran de José María el de la Purecita, y allí sesteábamos.
En 1938, el día 11 de enero murió mi padre. Murió de una pulmonía. La medicina era unos paños calientes en los pies.
Éramos cuatro hermanos, la más pequeña tenía 6 meses. Yo, como era el mayor, tuve que hacerme cargo de las cabras. Gracias a mis tíos Juan y Sotero, que también eran los dos cabreros, me iba con ellos con las cabras y por la chamiza.
Mi madre se quedó viuda, y no le daba de pensión, ella iba a coser a las casas, porque era costurera, para ganar algo. Iba a la casa de Gerardo y de Florentina y a otra más. Le daban la merienda y ella se la escondía en el pecho y se la llevaba para su casa para nosotros, porque teníamos mucha hambre.
La juventud:
Cuando tenía 19 años me eché una novia que se llamaba Luciana, era de Aracena, provincia de Huelva. Era muy guapa. Vino a Albaida con sus padres con una piara de cochinos para los pastos. La zahurda estaba en la Hesa Vieja (Dehesa vieja). Cuando se llevaron los cochinos se quedaron aquí en Albaida viviendo y se metieron en el Molino que estaba en el Barrihondillo, que estaba muy malo. Ellos se metieron donde vive ahora Vallejo, en la calle de la Tinaja. Luciana se fue a servir a Sanlúcar la Mayor, pero tenía que ir andando para hablar con ella, se acabó el noviajo.
"La mili":
En el año 1944 entré en quinta pero como era hijo de viuda no me hicieron soldado. En el último reemplazo tuve que ir con la quinta de 1947. Fuimos 6 de Albaida: David, Julián, Cecilio, Agustín y Antonio el de Soledad. Salimos de la estación de Cádiz en un tren de mercancías. Salimos a la una de la noche de Sevilla y llegamos al otro día al campamento de la Almoraima. Había muchos alcornoques que daban bellotas como las encinas, pero eran muy amargas. Nosotros teníamos unas latas y las cocíamos y se le quitaba lo que amargaba y así las comíamos porque teníamos mucha hambre.
Cuando aprendimos la instrucción nos llevaron para Algeciras, provincia de Cádiz, al Regimiento Extremadura nº 15 segundo batallón. A David y a mí nos tocó en la segunda compañía de ametralladora. Mi compañía la trasladaron a Montejaque, provincia de Málaga, donde venían los estudiantes para aprender la instrucción. Cuando salían de Montejaque salían de sargento o de alférez. Yo no pude ir a Montejaque porque un sargento de mi compañía me sacó de la compañía para ordenanza. Pasé al cuartel de Escopetero, que estaba frente del Peñón de Gibraltar. El sargento se llamaba Maya Mesa. Tenía 3 niñas. Cuando iba por los mandaos de abasto me llevaba a las dos mayores para el colegio. Un día , cuando llegué al colegio me encontré con la señorita Galiana, que era inspectora de Cádiz y su provincia. Estuve hablando con ella, cuando le dije que era de Albaida se puso muy contenta porque ella estuvo mucho tiempo de maestra en Albaida.
Juré bandera el año 1947, el día de la Pureza. El día 9 de diciembre fuimos todos los soldados a la plaza de toros. Toreó Aparicio y Miguel el Litri.
Cuando se casó mi compadre Florindo con mi comadre Rocío, estuvieron de viaje de novio en Algecira. Como yo podía salir del cuartel estuve con ellos. Por la noche echaban un espectáculo muy bueno en el teatro que estaba en la calle Ancha. Cantó el Príncipe Gitano y bailó su hermana Dolores Vargas.
También estuvo otro día Pepe el marido de Joaquinita la de Regla la telefonista. Pepe vino a Algeciras para arbitrar un partido de fútbol. Estuve con Pepe en el fútbol. Cuando se iba para Sevilla fui a despedirlo y me dio 5 duros para David y para mí, pero como tenía tanta hambre me metí en el bar de los gallegos y gasté los 5 duros y a David no le di nada.
También estuvo de viaje de novio en Algeciras Germán, que se casó con María Cristina, la hija de Bernardo. Yo estuve con ellos tomando unas copas por Algeciras.
El noviazgo:
Cuando mi cuñao Antonio estaba sirviendo yo era muy amigo de él e iba a su casa para preguntar por Antonio, pero iba para ver a su hermana Dolores porque estaba enamorado de ella y me daba vergüenza de decirle nada. Dolores estaba sirviendo en casa de Antoñito el secretario, el marido de Teodomira. Yo iba a la Plazoleta para acercarme a ella, pero me daba vergüenza y me iba. Dolores se enteró que yo la quería y se lo dijo a las amigas y ellas me lo dijeron a mí y yo me acerqué a ella y nos hicimos novios. Yo tenía 24 años, le hablé 7 años. Me casé con 31 años.
Incidentes:
Estaba yo con las cabras y otro cabrero conmigo y venían los cangueros de arar por el camino de la Fuente Archena, con ellos venía la Guardia Civil montao en los mulos y vieron las cabras, ya nos íbamos para casa porque ya se había puesto el sol. Se bajaron de los mulos y salieron corriendo. Yo me paré y dejé de ir para adelante, el otro cabrero se llamaba Antonio el Toribio que era un poco sordo. Cuando llegó el Guardia Civil que me alcanzó, me quitó el palo que yo llevaba para guardar las cabras y me pegó todos los palos que le dio la gana; pero yo no quería que le pegara a Antonio el Toribio porque era mayor de edad. El guardia civil se llamaba Sánchez el Macareno. Después le quitaron la ropa y lo echaron de la Guardia Civil. Entonces estaban en la Isla del Guadalquivir los arrieros trabajando con los burros. Sánchez, el guardia, se fue a la Isla para trabajar y le pegaron a Sánchez muchas veces.
Otra vez estaba con las cabras en el padrón de la haza del Monte, que es de Soberbina, y llegó el guarda de Albaida, que era Manuel el de los tiros y me dijo que me iba a denunciar. Y yo le dije: "Otra vez me vas a denunciar, ¡ya está bien con tanta denuncia!". Y se lo dijo a José María, que era el Alcalde de Albaida, hijo de Hermenegildo. Tuve que ir al cuartel de la Guardia Civil y un guardia me trajo para Albaida y me metieron en la cárcel, y dormí una noche en ella y al otro día por la tarde me echaron. Curro era el municipal de Albaida.
Anécdota:
Cuando yo andaba con las cabras en el campo de Albaida, andaba también mi primo José el de la tienda, que era hijo de Avelina. Mi primo José se crió con sus tías Dolores y Carmelita, que eran hijas de Ricardo, que tenía una carnicería y mi primo José andaba en el campo con los borregos de la carnicería y llevaba una talega muy buena de comida: unos cachos de queso de castilla grandes y chorizo. Yo llevaba poca comida. José me decía: "- Primo, sáltate el pozo". El pozo estaba lleno de agua hasta el brocal. Y yo le decía: "Me tienes que dar el queso". Y yo me lo saltaba y me comía el queso todos los días. El pozo tenía lo menos 10 metros de agua.
Nueva denuncia:
Cuando yo vivía en la calle de la Tienda, vivía también mi compadre Manolo el fraile, y su padre le compró unas cuantas cabras y chivas. El primer día que salió al campo, se vino conmigo, pero su tío Alejandro también era cabrero y al día siguiente se fue con él al campo.
En el verano andaba yo junto con las cabras con mi compadre Ricardo en los pastos. Hicimos un sombrajo en la Fuente Archena, a la vera del pozo para que las cabras estuvieran a la sombra y nosotros también. Teníamos cada uno una burra para llevar la comida y también el agua, y la haza que estaba a la vera del pozo estaba de garbanzos. Ya estaban casi secos. Nosotros echábamos la burra en medio de los garbanzos para que la burra comiera. Un día Lorenzo pasó con la cosechadora para segar, los garbanzos eran de Lorenzo, venía también Eladio en la cosechadora montao. Lorenzo vio la burra en medio de los garbanzos, se bajó de la cosechadora y fue para el sombrajo donde estábamos nosotros y nos dijo: "Esto es un pienso muy caro", y nos denunció en Sanlúcar la Mayor.
Estaba con mi compadre Manolo el fraile en los pastos de Albaida y teníamos un sombrajo para las cabras. Por medio del día nos íbamos al campo de Olivares para darle de comer a las cabras. Cogíamos por la haza del Álamo, que no estaba de garrotes, para coger la haza de José el de Gerardo por el arroyo jondo hasta llegar a la haza del Cerro Gordo. Estábamos en el campo de Olivares hasta las cinco de la tarde que nos veníamos para el campo de Albaida.
Estaba con mi compadre el Fraile en predio falso de don Ángel con las cabras y le dije:
-Compadre, las cabras mías van a ir a Tablante porque le voy a dejar un chivo para Pascua para que don Ángel se moje el bigote en la carne del chivo.
Cuando se lo comió don Ángel me dijo que había estado muy bueno. A los pocos de días le pedí permiso para el río y los barbechos y también para los pastos. Se vino conmigo mi hermano José, nos quedábamos en el río, hicimos un corral de palo para las cabras. Nos quedábamos en un cacho que después se lo vendió a los Marañones.
También andábamos con las cabras por el Guijo y Guadiamar, por donde están los chaleres.
La chamisa:
Un día, antes de llegar a la carretera de Aznalcóllar, yo traía el transistor puesto, que era el reloj que yo gastaba para saber la hora que era, cuando Tejero dio el golpe de Estado en las Cortes de Madrid, que fue en el año 1981, el 23 de febrero.
Yo iba por la chamisa a las Dueñas, porque aquí en Albaida no había. En las Dueñas estaba de manijero Narciso, que era de Aznalcóllar. También iba por chamisa a la Mesa, al garrotal San Clemente y al cortijo el Negro con José el de Currito y también Currito el de Salvadora. También fui por chamisa a Huévar con un burro que yo tenía, a Montijo, que costaba la carga 10 pesetas. Era manijero Manuel, que cuando se jubiló se quedó su sobrino Juan el del Pilo, que era de Olivares, que estaba casado con la Llorosa. También fui por chamisa a Megina. Cogía el camino de Villanueva del Ariscal, la atravesaba y cogía la carretera hasta llegar a Espartinas, de donde salía del prado un camino que llegaba a Megina, que era la finca de Cantaleta, que era de Olivares. Los enmarojadores eran Juan Gil el de Manolete y su hermano Pepe y otros más.
Antes se iba por pencas a los caminos de Sanlúcar y a la vía del tren. Había que pelar las pencas con un cuchillo o una navaja.
El progreso:
También salía con las cabras a vender leche por las calles, y salía también Manolo el de Odilia con las vacas. Un día estábamos en la calle de la Tienda vendiendo la leche, y en la puerta de la panadería de Plácido se cagó una vaca, y en la puerta de Bernardo le dije a Manolo: - ¡Qué pocos días vamos a salir a vender la leche con las vacas y las cabras!.
Era Monolo Cruz el alcalde de Albaida. Al otro día nos dijo Curro el municipal que teníamos que salir con las cántaras, que las cabras y las vacas ya no salían más.
Accidente:
Otro año me fui al cortijo de Eusebio, que está junto al de Millán, las tierras están cerca de las de don Felipe. Nos fuimos cuatro cabreros, tres de Olivares y yo, de Albaida: José el de Prisco, José el de Dionisio, Bernardito el hermano de Carlitos. Bernardito estaba con las cabras en el campo y pisó un cable de la electricidad y murió achicharrao.
Otro año me fui donde mismo al cortijo de Eusebio con Miguel el de Elías y Antonio el zorro, que su suegro Antoñito Colón tenía una piara de cabras. En verano en el cortijo que estaba junto al de Eusebio estuvieron una piara de vacas bravas que eran de Paquito Casado, que era torero, hijo de Fatigón. El vaquero era de Aznalcóllar, se llamaba Pauloba, hermano de Gorita, la mujer de Currillo, el vaquero que estaba en Crispín del cortijo de Soberbina que es de los Marañones
Celebración:
Cuando se casó Julián el de Morón el guilindrajo con la hija de Bernardo el cubilea, que es un poco coja, fuimos al casamiento José Pringa, el Titi y su hermano bernardo, Bernardito, el hermano de Carlitos, que ya ha muerto, Fernando y su hermano José el de Rafael el de Lucio. Nos fuimos a la taberna de Antoñito Ares y estuvimos bebiendo vino hasta que nos emborrachamos. Cuando nos echó el tabernero dijeron: -Vamos a ir por un chivo a casa de Julián para un guisao. Yo dije que me iba para Albaida, pero ellos se saltaron al corral para coger el chivo y Julián estaba ya acostao y salió pegando voces diciendo: - Que me roban. Se fue al cuartel de la Guardia Civil y al otro día los metieron a todos en la cárcel.
La siega de habas:
En la calle de la Tienda vivía también Manuel el comino, que era marido de Crescencia, que vivía frente a mi casa. El comino era el manigero de Vavarro, que era de Salteras. Fui a segar habas al camino de las Arberguillas. A la izquierda, los liños eran muy largos. Cogí dos liños, como todos. Me puse entre el Birusa y Vicente el de Salud, el hermano de Faustino. Ellos segaron los dos liños que yo llevaba. Al otro día yo no podía levantarme de los dolores que tenía en todo el cuerpo, y ya no pude ir más a segar habas. El jornal que se ganaba era de 25 pesetas.
También iba con las cabras al cortijo de San Antonio. Cogía el camino de la Fuente Archena hasta llegar al río, cogía el Tarajal abajo dándole de comer a las cabras hasta la junta de los ríos. Allí me comía el cucharro y cuando me lo comía, otra vez el río arriba para casa. El guarda de San Antonio se llamaba Pedro, que está casado con Laurita, que era de Olivares, y Pedro era de Villamanrique.
La Herencia:
Mi madre compró dos solares en la era de Eulogio en la calle de la Torremocha y se hicieron dos casas: en la que vive mi hermano José y la otra que vive mi hermana Adela, que la hizo Juanito el albañil, ganaba 25 pesetas de jornal. En la que vive mi hermano José la hizo un albañil que se llama Fructuoso, que era de Olivares, hermano de Antonio al albañil.
Mi madre trató de repartir lo que tenía. La casa donde vive mi hermano José, por estar hecha a la capuchina, la apreció Juanito en 30.000 pesetas. La que vive mi hermana Adela, como era de pie y medio, la apreció en 35.000 pesetas. La que vive mi hermana Agustina la apreció Juanito en 70.000 pesetas, como vivía mi madre la mitad de la casa para mi madre.
Teníamos las cabras, fue mi tío Sotero y Alejandro y las cabras las apreciaron en 28.000 pesetas, y burra también con las cabras. La burra se la compró mi hermano a unos gitanos que paraban en la Torremocha, los Balbinos, le costó 11.000 reales.
Los padres de Dolores eran mayores de edad y le daban muy poca pensión y ninguno querían hacerse cargo de los padres. Nosotros nos hicimos cargo hasta darles sepultura. La casa que tenían la dejaron para nosotros. Vino el Notario, me acuerdo que fueron testigos Cirilo y mi compadre Miguelito.
Negocio honrao:
Estaba la haza de Senda y el Pozuelo de habas, y la segó la cosechadora y quedaron muchas habas. Fui yo al cortijo de Soberbina y le compré las habas, me costaron 30.000 pesetas. Íbamos mi sobrino Antonio y mi compadre Venido, por medio del día nos íbamos a la junta de los ríos para sestear y para comernos el cucharro. Mi compadre Venido tenía un mato y se iba al mato hasta por la tarde que se venía en busca de las cabras.
También yo le compré los pastos que el primer año me costó 216.000 pesetas. Todos los cabreros que había en Albaida entraban en los pastos. Entró Antonio, su hermano Manolo bodega, Anselmo, Ángel Luis. También venían tres o cuatro cabreros de Aznalcóllar. Yo el dinero que costaba los pastos lo repartía por cabras y cada uno pagaba las cabras que tenía. Yo pagaba igual que todos, yo no me quedaba ni con una peseta.
Los cabreros de Aznalcóllar dejaron de venir a Soberbina porque algunos se ponían a cazar y Juan no quería que cazaran. Y ya no vinieron más.
La Boda y Luna de miel:
Cuando nos casamos en el mes de diciembre, el día 8, día de la Pureza, de 1954, los padrinos fueron mi compadre Florindo y su mujer Rocío. El casamiento se celebró en casa de Dolores. Mi compadre Florindo llevó un poco de vino y unas pocas de aceitunas. Y ese fue el convite.
Nosotros nos fuimos para Sevilla, que nos llevó un taxista que se llamaba Manolo el practicante. Nos llevó al Hotel El Paraiso. Arrendamos una habitación en el Hotel. No comimos nada porque le dijimos que teníamos familia aquí en Sevillsa y que íbamos a comer con ellos.
Salimos del Hotel y estaba Antonio Molina en el Teatro Cervantes. Estuvimos viéndolo. Por la mañana, cuando nos levantamos, echamos un paseo por la Macarena, allí vivía mi tía Trinidad y nos dio de almorzar. Por la tarde cogimos el camión viajero y nos fuimos para Albaida. Y se acabó el viaje de novios y al otro día con las cabras al campo.
Bondad y Agradecimiento:
Cuando murió mi madre, yo estaba en mi casa con Manuel el de Florentina y su hijo Manolo en la casa de mi madre. Vinieron a llamar a Manuel, que su madre se había muerto, que estaba en Olivares en la casa de Reglita, su hermana.
Florentina era muy amiga de mi madre, eran como dos hermanas. Mi madre, como era costurera, la ropa de los hijos de Manuel y de Luisa se las hacía ella.
Cuando estaban estudiando en Utrera, en los salesianos, mi hijo Clemente también fue al colegio de Utrera por Manuel. Yo fui con Bernardino a llevarlo a Utrera y de allí lo pasaron a La Palma del Condao. Hoy mi hijo es maestro por Manuel y sus hijos. Muchas gracias, Manuel.
Costalero:
Yo también fui costalero de Albaida. Fuimos un año a Santiponce los costaleros para sacar un paso de cofradía. Fuimos en un camión de carga que tenía Juaquinito. Los capataces eran Faustino el de Salud y Manolete. Los costaleros eran Vallejo, el Mena, la Cotorra, Telesforo, David y su hermano Arturo, el Nota, Currito el de Salvadora y otros más. Venía de aguador mi compadre Ricardo para darle agua a los costaleros. Los pasos salieron muy bien.
Yo también he llevado el paso de la Vera+Cruz, aunque yo sou soleano pero soy muy devoto del Señor de la Vera+Cruz de la Capilla de Albaida del Aljarafe, provincia de Sevilla.
Mis hijos y nietos:
Cuando yo vivía en una casa de la Torremocha, se puso Dolores una noche mala de parto. Entonces no iban a Sevilla para que nacieran, los arrecogía Patrocinio, que vivía en la Capilla. Yo fui a llamarla y cuando llegamos ya lo había tenido. Lo tuvo en la cocina el 18 de abril de 1959.
Mi mujer Dolores tuvo 9 hijos:
Clemente, que nació el 21 de septiembre de 1955. Mª Dolores que nació el 1 de agosto de 1957. Guadalupe, que nació el 18 de abril de 1959. Antoñito, que murió cuando tenía cuatro o cinco meses. Mª Reyes que nació el día 3 de junio de 1962. Antoñita, que nació el día 2 de septiembre de 1963. Mª del Carmen, que nació el 8 de abril de 1965. Damián, que nació el día 28 de septiembre de 1967. La última, que era una niña, nació muerta porque Dolores tenía azúcar.
Tengo 19 nietos: Macarena, Raquel, Pablo, Anabel, Dolores-Rocío, Gema, Fátima, Guadalupe, Antonio, Marisol, Antonio-Manuel, Desiré, Alejandro, Pablo, Laura, Rafael, Marina, Ana y Álvaro.
Clemente Franco Gelo "Clementito".