Ciudad giratoria
País de papel azul de seda con días amarillos y noches blancas
Los habitantes jugaban al polo sobre pegasos de madera dorada
Las nubes de cándida blancura jugaban al aro con la luna
Los versos inocentes regresaban a sus nidos con las alas partidas
El coronel del regimiento daba las órdenes escritas en Poemas ultraistas
El arzobispo repartía bendiciones escapularios y caramelos de los Alpes
¡Los joyeros tenían collares de gusanos blancos para las novias muertas!
Al mover el café la mesa giraba como la placa de las estaciones
Lucifer empabezaba con banderines de colores la ciudad iluminada
Los cochinos rosas cogiditos de las manos cantaban como clérigos
Las almas alocadas hacían gimnasia en las anillas de sus risas
¡Todas las noches bajaban a la pradera celeste los rebaños de estrellas!
Las buenas madres pobres peinaban a sus hijos con los dientes del sol
Risa-Carnaval-Pantomima-Rotura de cristal
En la gran plaza el frío prestidigitador escamotea las imágenes
Los poetas modernos comíamos cabellos de ángel y manzanas celestes
Y en la cama, el trompo de carrusel, trenzaba en mi cerebro un ballet ruso.
Los habitantes jugaban al polo sobre pegasos de madera dorada
Las nubes de cándida blancura jugaban al aro con la luna
Los versos inocentes regresaban a sus nidos con las alas partidas
El coronel del regimiento daba las órdenes escritas en Poemas ultraistas
El arzobispo repartía bendiciones escapularios y caramelos de los Alpes
¡Los joyeros tenían collares de gusanos blancos para las novias muertas!
Al mover el café la mesa giraba como la placa de las estaciones
Lucifer empabezaba con banderines de colores la ciudad iluminada
Los cochinos rosas cogiditos de las manos cantaban como clérigos
Las almas alocadas hacían gimnasia en las anillas de sus risas
¡Todas las noches bajaban a la pradera celeste los rebaños de estrellas!
Las buenas madres pobres peinaban a sus hijos con los dientes del sol
Risa-Carnaval-Pantomima-Rotura de cristal
En la gran plaza el frío prestidigitador escamotea las imágenes
Los poetas modernos comíamos cabellos de ángel y manzanas celestes
Y en la cama, el trompo de carrusel, trenzaba en mi cerebro un ballet ruso.
Isaac del Vando-Villar
http://revistas.edaddeplata.org:8080/cgi-bin_todas/WUV.exe?app=rev
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